martes, 29 de mayo de 2012

Una sonrisa abre las puertas que las lágrimas cierran.




Recuerdo muy bien como las lágrimas brotaban de mis ojos y recorrían mi rostro, llegando así a ese abismo en el que me creía hundida... fueron muchas las lágrimas, fueron muchos los minutos, horas y días malgastados; pero como a todo le llega su fin, el fin de esta angustia llegó cuando me decidí a levantarme. 


Me miré al espejo y vi lo que no quería ver, la mirada perdida, el rostro húmedo, las ojeras delataban los días sin dormir... en ese momento esbocé una sonrisa y ahí descubrí cual sería el siguiente paso, no lo dudé ni un segundo, me metí bajo la ducha con el agua fría, me sequé, me puse mi mejor ropa, me peiné, me maquillé, me eché ese perfume que tanto me gusta y llamé por teléfono a toda esa gente que sabía que estaría ahí, esperándome! Y así fue!


Salí de casa, con mi sonrisa siempre por delante, enseñándole a todo el mundo lo feliz que era y encontré de nuevo mi camino ese del cual hacía un tiempo que me había desviado. 


Descubrí que UNA SONRISA, abre todas esas puertas que las lágrimas cierran o no nos dejan ver. DESCUBRÍ QUE MERECE LA PENA SONREÍR, porque gracias a esa sonrisa, gracias a ese insignificante día al que ahora le doy las gracias, soy quien soy y tengo lo que tengo.



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El tiempo corre, aprovéchalo

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